- 1) Limpieza vs. sanitización: la diferencia que arruina (o salva) tu lote
- 2) Agua y control térmico: pH, sales y temperaturas críticas
- 3) Molienda y mediciones: astringencia, OG/FG y eficiencia
- 4) Hervido y enfriado: derrames, tapas y contaminación
- 5) Levadura y oxígeno: pitch correcto, starter y oxidación
- 6) Fermentación y equipos: tamaños, luz y disciplina
- 7) Embotellado y espera: la paciencia paga
- 8) Bonus Cibart: errores que sí cometimos y cómo los resolvimos
- FAQ rápido de emergencias cerveceras
- Conclusión
1) Limpieza vs. sanitización: la diferencia que arruina (o salva) tu lote
Cuando empezamos en Cibart confundíamos “limpiar” con “sanitizar”. Limpiar es remover suciedad visible con detergente; sanitizar es reducir la carga microbiana (con químicos o calor) sobre superficies ya limpias. Si sanitizas sin limpiar, básicamente perfumas la mugre.
Lo que funciona:
-
Utensilios en contacto con mosto frío o cerveza (fermentador, airlock, mangueras, sifón, cucharas post-hervor) van siempre sanitizados.
-
Usa soluciones no-rinse a la dilución correcta; respeta tiempo de contacto (p. ej., 1–2 min).
-
Designa esponjas exclusivas para equipo cervecero. La cocina del día a día trae grasa, jabón perfumado y bacterias.
Checklist exprés antes de hervir
-
Fermentador limpio, enjuagado y sanitizado.
-
Tapas, llaves, canillas, airlock y termómetro: 2 minutos en solución.
-
Manguera de trasvase llena de sanitizante y luego drenada.
-
Mesa limpia y rociada (el mosto frío toca todo).
En mi caso, la primera vez que “apuré” tiempos, olvidé sanitizar la canilla. El lote terminó con un ácido láctico no deseado. Desde entonces, todo lo que toca mosto frío pasa por baño químico. No hay negociable.
2) Agua y control térmico: pH, sales y temperaturas críticas
El agua representa +90% de tu cerveza. Si sabe a piscina, tu IPA sabrá a piscina. Para empezar, elimina cloro/cloraminas (filtro de carbón o una pizca de metabisulfito), apunta a un pH de macerado 5,2–5,6 y controla la temperatura.
Guía rápida
-
Ales: fermentación 18–21 °C.
-
Lagers: 8–12 °C y, si puedes, diacetyl rest hacia 15–18 °C al final.
-
Pitch (inoculación): no inocules arriba de 24 °C “para que arranque rápido”; crea ésteres/solventes.
Señales de alarma
-
Cerveza “dura” o astringente: pH alto o enjuague muy caliente.
-
Aromas a solvente/plátano cuando no corresponde: pitch caliente o stress de levadura.
Cuando probé a macerar sin ajustar pH “porque total daba bien”, la pale ale salió áspera. La siguiente ronda, con ácido láctico hasta 5,4 y sales moderadas, quedó limpia y bebible. Aprendido.
3) Molienda y mediciones: astringencia, OG/FG y eficiencia

Moler demasiado fino atasca el lavado (stuck sparge) y arrastra taninos; demasiado grueso baja la eficiencia. Apunta a cascar la cáscara y romper el grano, no pulverizarlo.
Cómo calibrar sin volverte loco
-
Pide al molino una apertura estilo “cracked, not crushed”. Si mueles en casa, ajusta y mira el grano: 1 toque → prueba; 2 → microajuste.
-
OG/FG mandan: mide gravedad original (OG) y final (FG). Sin dos lecturas estables en días consecutivos, no embotelles.
Densímetro vs. refractómetro
-
Refractómetro: genial en caliente y con poco mosto, pero corrige por alcohol en fermentación.
-
Densímetro: más tosco, pero confiable en FG.
Se nos fue la mano con la molienda en una porter: taninos, boca secante. Solución: abrir punto del molino y bajar el enjuague a 76 °C. La siguiente hornada fue seda.
4) Hervido y enfriado: derrames, tapas y contaminación
El hervor vigoroso volatiliza DMS y estabiliza el mosto. No tapes la olla durante el hervor. Y ojo con los boil-overs: azúcar + proteínas + espuma = volcán.
Boil-over en 60 segundos: prevención
-
Deja 20–25% de espacio libre en la olla.
-
Ten a mano un spray de agua para romper la espuma al primer amago.
-
Baja llama en hot break (primeros 10–15 min) y vuelve a subir.
Enfriar rápido, pero con cabeza
-
Acelera con serpentín limpio/sanitizado.
-
Tapar parcialmente tras el hot break y con serpentín puesto evita caídas “accidentales” pero no hermetices: deja salir vapor.
Un día enfrié con tapa cerrada “para que no caiga polvo” y me olvidé sanitizar el serpentín. Resultado: acidez y turbidez. Ahora el serpentín vive en sanitizante 10 min antes de entrar a la olla. Mano de santo.
5) Levadura y oxígeno: pitch correcto, starter y oxidación
La levadura es tu trabajadora estrella. Dale cantidad suficiente, oxígeno disuelto y temperatura estable.
Buenas prácticas
-
Tasa de inoculación: sobre todo en lagers o OG altas, prepara starter.
-
Oxigenación: agitación vigorosa del fermentador 1–2 min para ales; piedra difusora si puedes.
-
Evita la oxidación post-fermentación: trasvasa suave, manguera al fondo, evita salpicaduras.
Por querer “trasvasar más rápido” metí burbujas al cold crash. La pale se tornó marrón en una semana y perdió lúpulo. Desde entonces, manguera al fondo y flujo constante. Oxígeno fuera.
6) Fermentación y equipos: tamaños, luz y disciplina
La fermentación necesita espacio. Para un lote de 20 L, usa fermentador de al menos 24 L (≈20% de cabeza). La luz UV degrada el lúpulo (olor “skunk”). Guarda botellas ámbar y evita sol directo.
Hábitos de disciplina
-
No abras el fermentador por curiosidad; cada apertura es una invitación a microbios.
-
Temperatura estable: una cama de agua + toallas + ventilador puede darte 2–3 °C menos que ambiente.
-
Limpieza del área: menos polvo, menos riesgo.
En Cibart inauguramos un “rincón de fermentación”: una mesa plástica fácil de limpiar, caja térmica casera y termómetro a la vista. Solo eso mejoró consistencia y redujo “sustos”.
7) Embotellado y espera: la paciencia paga
El error rey: embotellar antes. Si la FG no está estable, las botellas pueden sobrecarbonatar o explotar.
Reglas de oro
-
FG estable 48 h + cerveza clara (o lo más clara posible) → recién ahí embotella.
-
Calcula priming por estilo y temperatura final. Pesá el azúcar: no “cucharaditas”.
-
Botellas en buen estado, enjuagadas y sanitizadas; tapas nuevas.
Aperturas a tiempo
-
Ales estándar: prueba a 14 días, evalúa, y luego a 21.
-
Lagers y OG altas: paciencia extra.
Una vez, por ansiedad, abrimos a la semana. Gas casi nulo y sabores verdes. Dejamos otras 7 más y la cosa cambió. Moraleja: embotellas bien, esperas lo justo, disfrutas el doble.
8) Bonus Cibart: errores que sí cometimos y cómo los resolvimos
-
Válvula sin purgar: espuma por todos lados y medio litro al piso. Hoy hacemos checklist de válvulas antes de abrir grifos.
-
Manguera floja: oxígeno a tope. Ahora usamos abrazaderas y prueba de vacío con agua.
-
Se nos fue la molienda: taninos. Ajuste de gap + no superar 76 °C en el enjuague.
-
Pitch caliente (28 °C) en una blonde: ésteres de más. Ahora enfriamos a 19–20 °C y controlamos.
FAQ rápido de emergencias cerveceras
¿Mi cerveza quedó turbia, está arruinada?
No necesariamente. El frío y el tiempo clarifican. Si huele a vinagre/solvente, sí es mala señal.
¿Tapé la olla durante todo el hervor, la tiro?
No. Déjala destapada los últimos 20–30 min en hervor vigoroso y evalúa. Puede quedar bien.
¿Puedo usar agua de la canilla?
Sí, si sabe bien y sin cloro perceptible. Filtro de carbón y listo. Mejor aún: ajusta pH.
Mi airlock no burbujea, ¿no fermenta?
Puede estar sellado imperfecto y aun así fermentar. Mide gravedad, no te guíes solo por burbujas.
¿Cuándo sé que puedo embotellar?
Dos lecturas de FG estables separadas 24–48 h, sin actividad visible y sabores limpios.
Conclusión
Hacer cerveza artesanal es un lindo hobby, sí, pero la diferencia entre “meh” y “wow” está en detalles repetibles: limpiar y sanitizar, agua cuidada, molienda razonable, levadura feliz y paciencia en el embotellado. En Cibart aprendimos mucho “a fuerza de error”, y justamente por eso te dejamos estos atajos para que disfrutes más y arruines menos lotes. Salud 🍻


